Un Faro de Esperanza | Segundo Faro: La Oración
- Benjamín Rodríguez
- 25 mar
- 3 Min. de lectura

Lectura Filipenses 4: 6-7 NVI
Como hemos estado aprendiendo en estos devocionales, la Salud Mental abarca el bienestar de nuestras emociones, pensamientos y relaciones, lo que nos permite desarrollar habilidades para afrontar situaciones de estrés en nuestra vida.
Sin embargo, cuando atravesamos momentos difíciles que nos hacen sentir vulnerables, como si estuviéramos siendo arrastrados por aguas turbulentas, nuestra salud mental puede desequilibrarse. Esto puede dar lugar al desánimo, ansiedad, angustia y apatía, afectando nuestra relación con Dios, nuestra vida diaria y nuestros lazos con los seres queridos.
Es aquí cuando surgen preguntas como: ¿Dios me escucha? ¿Puede ver el dolor por el que estoy pasando? Y, sobre todo, ¿podrá ayudarme a salir de esta situación?
La oración es una comunicación personal con Dios.
Nuestro segundo faro de esperanza y estabilidad es la oración. Pero, ¿qué es la oración y cómo nos puede ayudar en nuestra salud mental? La oración es una comunicación personal con Dios.
Así como podemos conversar con otra persona, podemos tener un tiempo de intimidad y comunión con Dios a través de la oración.
Los versículos que previamente hemos leído nos enseñan que no debemos preocuparnos por nada, sino presentar nuestras peticiones a Dios mediante la oración. Él cuidará nuestro corazón y nuestros pensamientos.
Dios se interesa por nuestra salud mental. Así lo afirma Su Palabra en 1 Pedro 5:7: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”.
El rey David, en los Salmos, testifica que buscó a Dios y fue escuchado. “Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores”. (Salmo 34:4, NVI)Podemos orar con la certeza de que Dios nos ve, nos escucha y nos ama. La oración nos ayuda a depositar nuestra confianza en Dios, a amarlo y a fortalecer nuestra comunión con Él, desarrollando un vínculo personal. Así como las relaciones con otras personas son un pilar fundamental para nuestra salud mental, mantener una relación íntima con Dios a través de la oración también es esencial para nuestro bienestar. Como vimos en nuestro primer faro, las Sagradas Escrituras nos brindan la verdad que necesitamos en nuestro caminar diario. Nos ayudan a enfrentar las dificultades de la vida y nos ofrecen dirección.
Los Salmos, en particular, pueden servirnos como guía al orar por nuestra salud mental:
Protección en tiempos de temor:
"Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento." (Salmo 23:4)
Consuelo en medio del dolor:
"El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor; cuando caiga enfermo, lo restaurará". (Salmo 41:3)
Seguridad en la fidelidad de Dios:
"El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor no niega sus bondades a los que se conducen con integridad. Señor de los ejércitos, ¡dichosos los que en ti confían!" (Salmos 84:11-12).
Cristo Jesús nos anhela celosamente. Está presente y desea tener comunión con cada uno de nosotros. Nos invita a experimentar su amor de una manera nueva. Si está atravesando tiempos difíciles, pídale paz y sanidad. A menudo, una temporada de dolor viene acompañada de un gran propósito. La oración puede ser el camino para descubrir el potencial que Dios ha depositado en usted y cumplir su propósito para su vida.
Una oración para hoy
Le invito a que haga esta oración:
"Dios, gracias porque me amas y porque, como dice Tu palabra en el Salmo 23, Tú siempre estás presente en mi vida. Ayúdame cuando me siento quebrantado(a) a recordar tus promesas de paz y sanidad, a recordar tu promesa del Salmo 41 que me sostendrás y me restaurarás. Guíame en mi caminar diario; deseo tener una comunión íntima contigo. Gracias por tu infinito amor y misericordia. En el nombre de Jesús, amén".
Recuerde, Dios está presente y se preocupa por usted. Siempre le ayudará a lo largo de su viaje de salud mental por medio de su gracia. Que el Señor le bendiga y le guíe en este camino de restauración y paz.
Psic. Benjamín Rodríguez
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